Page 32 - En los muros de Eryx - H.P. Lovecraft
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atmósfera de Venus, no podía prescindir de mi


               resistente  traje  de  cuero  sin  peligro.  Por  otra


               parte, hemos eliminado la ropa interior a causa


               del  clima.  Intenté  embadurnar  con  barro  las


               invisibles  y  lisas  paredes  después  de  escurrirlo


               todo lo posible, pero descubrí que desaparecía de


               la  vista  tan  rápidamente  como  las  pellas  que



               había lanzado para probar su altitud. Finalmente,


               saqué el cuchillo y traté de hacer en la superficie


               vítrea y fantasmal una raya o algo que pudiese


               reconocer con la mano, aun cuando no tuviese la


               ventaja  de  verlo  desde  lejos.  Sin  embargo,  fue


               inútil: la hoja no hizo la más ligera señal en esta


               sustancia desconocida y desconcertante.








               Fracasados  todos  los  intentos  de  dejar  alguna


               huella, busqué el recinto central valiéndome de la


               memoria.  Resultaba  más  fácil  volver  a  dicha


               habitación que seguir una trayectoria concreta y


               predeterminada en dirección opuesta, y no tuve



               dificultad en llegar a ella. Esta vez consigné en mi


               rollo  de  anotaciones  cada  uno  de  los  giros que


               hice,  trazando  un  diagrama  rudimentario  e


               hipotético de mi trayecto, y marcando todos los


               corredores que salían de él. Por supuesto, fue un


               trabajo exasperantemente lento, ya que tenía que


               determinarlo todo por el tacto, y las posibilidades




                                                                                                             32
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