Page 111 - Limbo - Bernard Wolfe
P. 111

estudiante de medicina. Había, por supuesto, una



            aguda carencia de lobotomistas, y puesto que él


            había  demostrado  ser  una  promesa  como


            neurocirujano  fue  seleccionado  para  hacer


            prácticas  en  el  nuevo  campo.  Trabajó  muy


            intensamente en sus estudios, pero a medida que


            se  acercaba  el  momento  en  que  debía  unirse  al


            equipo de un hospital y empezar a operar sobre



            cerebros humanos empezó a sentirse intranquilo


            al respecto. Esta intranquilidad  procedía de una


            idea que fue creciendo en él hasta convertirse en


            una obsesión: antes de arrancar irrevocablemente


            una  porción  del  cerebro  uno  tenía  que  estar


            completamente seguro de saberlo todo acerca de


            aquel cerebro, pero lo que la ciencia médica sabía


            realmente al respecto era muy parecido a nada.



                  ¿Cómo  podía  uno  estar  seguro  de  que,


            extirpando  algunos  demonios  del  cerebro,  no


            estaba cortando al mismo tiempo algunos ángeles


            guardianes? Uno sólo podía estar seguro de ello


            si sabía lo que hacía cada una de las células del



            cerebro, y cómo estaba interrelacionada con todas


            las demás células. Pero había 10.000 millones de


            células en el cerebro. Los neurólogos sabían algo


            acerca de unas pocas miserables docenas de ellas,


            quizá;  y  acerca  de  todas  las  posibles



                                                                                                      111
   106   107   108   109   110   111   112   113   114   115   116