Page 573 - Limbo - Bernard Wolfe
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engañándome o quizá no. No te creo acerca de
que se necesite toda una hora, y voy a
averiguarlo. —Ahora estaba de pie junto a la
cama: no debía parpadear—. Si puedes oírme,
escucha. Tengo la aguja en mi mano. Voy a
clavártela tan hondo como pueda. Si no gritas y te
das un golpe contra el techo, de acuerdo, admitiré
que estaba equivocada. Cuando te despiertes te
pediré disculpas.
Ahora todo era cuestión de fracciones de
segundo. Ahora todo dependía de las excelencias
de su coordinación. Muy bien: tenso, crispado
interiormente, preparado... listo...
No se movió, no parpadeó, cuando el brazo se
alzó al nivel de la cazeba de Neen y se detuvo allá
por un momento, y luego cayó. Cuando la aguja
se hundió en la carne de su muslo aulló de dolor
y a causa de algo más que no era dolor, y mientras
el sonido brotaba como un estallido de su boca su
mano libre bajaba rígidamente, la palma tensa y
el borde convertido en un filo, hacia aquella otra
mano de color oliváceo que sujetaba la pistola.
La pistola se disparó —no se oyó más sonido
que un débil taponazo: el apéndice de su éañón
debía ser un silenciador—, la bala se enterró en las
ropas de la cama sin alcanzarle, e incluso antes de
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