Page 575 - Limbo - Bernard Wolfe
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cuenta del agudo dolor que sentía aún en su
pierna, bajó su mano y extrajo la aguja. Miró a su
alrededor y en un momento vio lo que buscaba...
la colección de lápices, en la mesita auxiliar junto
a la cama. Los recogió.
—Escucha, muchacha —dijo—. Pretendes la
igualdad de derechos. Bien, voy a proporcionarte
un poco de esa igualdad de derechos... siete
centímetros cúbicos de droga oceánica, de
auténtica droga cósmica, exactamente la misma
cantidad que tomé yo. Prepárate para fusionarte.
Piensa en otras categorías. Volvió a sentarla en la
silla, inclinó su cabeza hacia atrás, la obligó a abrir
la boca, y vació uno de los lápices en su garganta.
Cuando ella se atragantó e intentó escupir el
líquido, apretó los músculos de su cuello hasta
que ella tuvo que relajarlos y tragar.
—Así está bien —dijo Martine—. En caso de
que no volvamos a vernos... no quieras piernas
artificiales. —Reunió toda la ropa de la cama, la
enrolló formando una bola, y se dirigió hacía la
puerta que conducía a la terraza—.
Incidentalmente —dijo, volviéndose—, en caso de
que estés interesada, soy doctor, y creo que las
bromas de Martine acerca del masoquismo eran
malditamente buenas, aunque fueran un tanto
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