Page 599 - Limbo - Bernard Wolfe
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sobre la máquina, el jinete alzando un puño
indomable y la máquina impotentemente
vencida, de rodillas. Pero el puño del hombre era
un puño Immob, el brazo era un amasijo de tubos
y cables, como el resto de sus miembros... había
dominado a la máquina convirtiéndose él mismo
en una máquina. Un tipo peculiar de victoria,
vencer incorporando en sí mismo al enemigo. Si
la imitación era la más sincera forma de halago, la
abrumada máquina había vencido en la lucha sin
necesidad de alzar las manos: el dueño se había
convertido en la imagen en el espejo del esclavo.
La mano de Martine se alzó intranquila, se
detuvo en su barba. Acababa de darse cuenta del
rostro del hombre que cabalgaba el dragón de
metal: era el suyo, su rostro de casi veinte años
atrás, sin patillas e ironía. Bueno, estaba a salvo en
su disfraz.
Había más letras, hechas de hierro forjado,
bajo la escultura: ESTE LUGAR HISTÓRICO HA
SIDO PRESERVADO COMO SANTUARIO
NACIONAL Y COMO CASA DE REPOSO POR
LAS HIJAS DE LA SOCIEDAD HISTÓRICA
IMMOB.
—Dios mío —se dijo Martine a sí mismo—. Yo
acostumbraba a meter la nariz en este lugar, y
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