Page 598 - Limbo - Bernard Wolfe
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Por un momento después de estacionar el
coche estuvo seguro de que se había equivocado
de sitio: las casas a ambos lados se parecían a tal
como las recordaba, pero su propia casa no estaba
allí. Cuando miró más atentamente vio cuál era el
problema. La casa original no había desaparecido,
simplemente había sido tragada por varias
nuevas alas y porches cerrados con vidrieras y
por un denso entorno que la ocultaba de la calle.
Además, habían alzado una alta pared de
ladrillos al principio de la acera, rematada por
una elaborada puerta de elaborado hierro forjado;
en la puerta en sí había una placa de metal.
Martine se adelantó y leyó la inscripción: Casa
Martine Hogar del DOCTOR MARTINE (1945‐
1972) «No ha desaparecido; se ha convertido en el
océano; bebamos humildemente de él.»—
HELDER.
Sobre la puerta había un arco decorado con
recargados adornos de hierro forjado, muchos de
los cuales estaban enroscados en torno a
triskeliones llenos con prótesis corriendo, y en su
centro un enorme bajorrelieve en bronce: una
apisonadora, con un hombre perchado
orgullosamente sobre ella como un artillero
emergiendo de un tanque, el hombre triunfando
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