Page 643 - Limbo - Bernard Wolfe
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No prestó atención. Arropado en la envolvente
carne sin puños de Ooda, el Om de los cielos
dominante, las nubes como jirones
desparramados, el viento silbando, martilleando
a través de los cristales rotos. Notando como las
aguas se quedaban finalmente secas de lucha, las
piernas del lago extendiéndose y rodeándole y
abandonándose, Rosemary vacía de gritos, se
instaló finalmente con su angustia, agradecido, en
el fondo del océano de calma, las pacíficas aguas
del lago Victoria agitándose en torno suyo y el
Kilimanjaro goteando su nieve derretida;
acurrucado contra un dirigible hundido, suave
como un seno pero ahora sin carteles destellantes
de neón, se durmió.
Del cuaderno de notas del doctor Martine
(Mark II) 27 de julio de 1990. En la vieja cabaña de
caza.
De vuelta en Nueva Jamestown, hace tres
semanas, el 4 de julio, dos hombres, un ruso y un
eurasiático, estaban dispuestos a salvar a la
humanidad trabajándome, quizá matándome.
Complicado. Una larga historia tras todo ello,
más de dieciocho años gestándose. He estado
buscando todos los antecedentes a través de la
lectura, y las distintas partes están empezando a
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