Page 647 - Limbo - Bernard Wolfe
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El  Triple‐P  en  su  reencarnación  tenía  una



            brillante idea completamente nueva, una idea en


            la que Helder había soñado particularmente. El


            problema  esencial,  por  supuesto,  era  el  del


            pacifismo contra el defensismo... la tendencia de


            los  pacifistas,  excepto  una  franja  de  chiflados  y


            excéntricos inefectivos, de olvidar sus principios


            y  convertirse  en  patriotas  en  situaciones  en  las



            que          sus          propios             países            parecían               estar


            amenazados  de  ataque.  La  transformación  del


            presenta‐la‐otra‐mejilla                             al        ojo‐por‐ojo:                  la


            ambivalencia judeocristiana. En su cuaderno de


            notas,  Martine  había  indicado  que  éste  era  el


            núcleo  del  dilema  pacifista.  Ahora  Helder


            anunciaba que había encontrado la solución... la


            Cláusula de Asesinato.



                  Un  simple  dispositivo,  esta  Cláusula  de


            Asesinato. En todos los lugares donde el Triple‐P


            alcanzó el poder fue convertida en ley; como la


            vigésima                tercera           enmienda                 de         la       vieja


            constitución  americana,  como  la  primera



            enmienda  de  la  vieja  constitución  soviética.  La


            Cláusula en cuestión dice: Toda persona que se


            presente como candidata para un puesto público


            presta  automáticamente  juramente  de  nunca


            alentar  o  apoyar  o  permitir  la  fabricación  de



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