Page 641 - Limbo - Bernard Wolfe
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más felices. Rosemary.
—Un mito es tan bueno como una sonrisa —le
dijo a Rembó, agradecido.
Mientras la energía volvía a sus miembros, se
sintió mejor, y parpadeó tres veces para indicar
un quizá. Se volvió de nuevo para colocarse en
una posición claramente equívoca con respecto a
la de las casas‐cuna, pero que le hacía sentirse
confortable, y finalmente empezó a hundirse en el
lago, en el sueño, tuvo la impresión de que por fin
se estaba liberando de la prisión de las aguas, que
las aguas se estaban separando ahora ante su
impulso, ante su fe, porque en la bondad
impulsamos, y ahora todo iba bien y él empezaba
a hacer el amor fácil y rígidamente a Ooda, la
Ooda que no resistía la separación, que no tenía
puños en ella, pero que sin embargo poseía una
carne que se entregaba receptivamente. Una y
otra vez, mientras se hundía sin esfuerzo, sin
estorbos, en una serie de movimientos bélicos,
flotando y hundiéndose como un catamarán, no
queriendo ahora herir a Rosemary, una y otra vez,
mientras ella ondulaba en el líquido con él, todo
protoplasma nada de esqueleto, las aguas
separándose, ella murmurando sonidos:
—Nada de laberintos, ya no quiero luchar. —
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