Page 639 - Limbo - Bernard Wolfe
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voz  de  su  madre,  la  impenetrable  trama  del



            lagoCambia  de  manual  a  robo‐  conducción.


            Bébete  la  leche,  hijo,  ya  nos  ocuparemos  del


            orinal.


                  De pronto, se sintió desvalido: la suave manta



            se había convertido en una camisa de fuerza, sus


            brazos  habían  desaparecido,  sus  piernas  no


            estaban, ya no podía seguir luchando, las aguas


            eran  demasiado  jabonosas,  demasiado  elásticas.


            Cayó  sobre  su  espalda  en  la  correcta  posición


            receptiva de las casas‐cuna, todo pasividad, nada


            lucha, y se dejó transportar a una velocidad de


            300.000  kilómetros  por  segundo,  flotando  como


            un corcho en las tumultuosas aguas. Pero cuando



            su madre metió suavemente la mano bajo él para


            retirar  el  orinal,  sacó  un  objeto  que  no  era


            esmaltado  sino  que  estaba  encuadernado  en


            cuero,  un  cuaderno  de  notas  en  cuya  cubierta


            había escritas las palabras ELUDID EL ORINAL.


            Mientras, Irene se inclinaba más y más sobre él y


            recorría su cuerpo inerte con las manos y su dedo



            señalaba  de  forma  pedagógica,  y  de  su  mano


            extendida sobresalía quirúrgicamente algo, y era


            un pezón, no, una aguja hipodérmica, una pistola


            automática con un extraño prolongamiento en su


            cañón, y la pistola se convertía en un enorme vaso



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