Page 74 - A La Deriva En El Mar De Las Lluvias - Varios Autores
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convaleciente y feliz esposa.
Así que ahora damos vueltas por las galerías del
Peabody Essex Museum, mirando los viejos tesoros
de Oriente de la época gloriosa de Salem.
La colección de porcelanas es espantosa. La
factura de los cuencos y los platillos no tiene perdón.
Los diseños parece que los hubieran realizado unos
niños. Según los carteles, eran las piezas que los
comerciantes cantoneses producían para el mercado
extranjero. Nunca habrían vendido ese género en la
propia China.
Leo la descripción escrita por un sacerdote jesuita
que visitó los talleres cantoneses de la época.
«Los artesanos estaban sentados en fila, cada uno
con su propio pincel y su especialidad. El primero
dibujaba sólo las montañas, el siguiente sólo la hierba,
el siguiente sólo las flores y el siguiente sólo los
animales. Los platos avanzaban por la fila pasando de
uno a otro y cada artesano tardaba sólo unos
segundos en terminar su parte».
Así que los «tesoros» no son más que baratijas de
exportación, baratijas fabricadas en serie en un
antiguo taller que explotaba a los artesanos en
cadenas de montaje. Me imagino lo que es pintar mil
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