Page 81 - A La Deriva En El Mar De Las Lluvias - Varios Autores
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sonido de un llanto concreto, por la forma en que se
agitaba un bracito. Miraba las caras de las mujeres y
me sentía reconfortada.
Pensé que había pasado página, que había
superado el duelo. Estaba lista para empezar otro
proyecto, un proyecto más grande que realmente
satisficiera mi ambición y le demostrara al mundo de
lo que era capaz. Estaba lista para seguir adelante con
mi vida.
Tardé cuatro años en desarrollar a Sara. Trabajé en
ella en secreto mientras diseñaba otras muñecas que
se venderían bien. Físicamente Sara parecía una niña
de cinco años. Una plastipiel y un gel sintético nada
baratos, a la altura de cualquier trasplante, le daban
un aire etéreo y angelical. Tenía ojos oscuros y
cristalinos y no podías dejar de mirarlos.
No llegué a terminar el motor de movimiento de
Sara. Mirando hacia atrás, probablemente fuera una
bendición. Como solución temporal durante el
desarrollo usé el motor de expresiones faciales que
unos entusiastas de Kimberly mandaron al Media Lab
del MIT. Al contar con muchos más micromotores de
los que tenía Kimberly, Sara podía girar la cabeza,
parpadear, arrugar la nariz y producir miles de
expresiones faciales convincentes. Por debajo del
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