Page 84 - A La Deriva En El Mar De Las Lluvias - Varios Autores
P. 84

codificado de arriba abajo y sabía exactamente cómo


           cambiaban sus redes neuronales con cada interacción.




                  Pero  nadie  más  sospechó  nada.  Debería  haber


           estado eufórica. Mi muñeca estaba superando un test


           de  Turing  auténtico.  Pero  estaba  asustada.  Los



           algoritmos ponían la inteligencia en ridículo y nadie


           parecía saberlo. A nadie parecía importarle siquiera.




                  Después de una semana, finalmente le di la noticia


           a Brad. Tras la impresión inicial se mostró encantado


           (como sabía que iba a estarlo).




                  —Fantástico  —dijo—.  Ya  no  somos  sólo  una


           empresa  de  juguetes.  ¿Te  imaginas  las  cosas  que


           podemos  hacer  con  esto?  ¡Serás  famosa,  famosa  de


           verdad!




                  Se  puso  a  hablar  sin  parar  de  las  posibles


           aplicaciones. Luego se dio cuenta de que yo no decía


           nada.




                  —¿Qué pasa?




                  Entonces le hablé de la habitación china.




                  El  filósofo  John  Searle  solía  plantearles  un


           rompecabezas a los investigadores en IA. Imaginad


           una habitación, decía, una habitación grande llena de



           oficinistas  meticulosos  que  son  muy  buenos




                                                                                                                84
   79   80   81   82   83   84   85   86   87   88   89