Page 266 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
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La cabeza de Betsy empezó a convulsionarse.



            Joe gritaba, pero en su interior. Gritaba mucho. Su


            cuerpo  estaba  desconectado,  su  cerebro  no


            registraba nada, y aun así, el Joe profundo aullaba,


            consumido  por  un  dolor  que  escapaba  de  lo  que


            pueden  registrar  físicamente  las  terminaciones


            nerviosas. Era el dolor de la muerte verdadera, la



            desaparición absoluta del ser, y ese dolor no puede


            equipararse  a  nada.  Estaba  siendo  devorado,


            absorbido y masticado, y estuvo así durante lo que


            pareció una eternidad, entregado a un suplicio que


            habría conducido a cualquiera a la locura, incapaz


            de obtener el piadoso beneficio del desmayo y la


            pérdida de consciencia.




            Joe  se  moría  lenta  y  agónicamente,  pero  además


            estaba  registrando  cada  instante  con  el  terrible


            ultrarealismo  que  le  proporcionaba  su  yo


            extendido.



            De  pronto,  el  aire  se  llenó  con  un  sonido


            característico. Una, dos… cinco y hasta diez veces,


            como el repiqueteo de una ametralladora.




            Algunos clavos volaron.



            El demonio que habitaba en Betsy salió expulsado


            del cuerpo junto con los clavos, arrastrado hacia la


            pared.  Era una  forma oscura  y abyecta,  como  un


            agujero en la realidad. Hubo una especie de aullido



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