Page 265 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
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levantado hacia arriba, de manera que lo miraba
desde abajo—. Nos habría gustado tanto que vieras
lo que vamos a hacer… Pero no puedo estar aquí
perdiendo el tiempo, y no voy a dejarte solo para
que sigas husmeando. Voy a alimentarme contigo,
Joe. Serás una especie de aperitivo de honor.
—Be… Por… favor…
Joe empezó a sacudir las piernas en el aire. La
golpeaba, sin poder imprimir demasiada fuerza a
los golpes, pero Betsy ni siquiera parecía acusarlos.
De repente, Joe empezó a sentir que la visión se le
nublaba. Una extraña debilidad empezó a
consumirlo.
Betsy había puesto los ojos en blanco. La cabeza
cayó pesadamente y quedó colgada flácidamente a
un lado, como si hubiera caído en un profundo
sueño. La boca abierta dejaba ver la dentadura,
demasiado perfecta para ser natural. Joe estaba
desfalleciendo. Sus brazos cayeron inertes y sus
piernas dejaron de moverse. Luego, perforando la
oscuridad de la habitación, empezaron a surgir una
suerte de jirones luminosos, sutilmente azulados,
que manaban del cuerpo de Joe y viajaban hacia el
demonio. El aire se llenó de un sonido estridente,
parecido al de la estática en un televisor antiguo o
un aparato de radio.
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