Page 83 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
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tabla partida. Había polvo y astillas en la superficie,
aunque el tronco impedía ver el alcance de los
daños. El polvo blanco de madera tenía mala pinta;
significaba que la madera había perdido su natural
consistencia. Se había podrido con el tiempo.
No sin esfuerzo, retiró el tronco y echó un vistazo.
—Mierda… puta…
Había armado un buen estropicio, desde luego. El
tronco había partido tres tablas, dejando un
hermoso agujero de unos quince centímetros de
diámetro. Los bordes eran irregulares, como los
dientes de una boca monstruosa, y más allá solo
había oscuridad, un parche oscuro como la brea en
mitad del entarimado.
Joe estaba cabreado. Apretaba tanto los puños que
volver a estirar los dedos le exigió un esfuerzo. En
un momento dado, los dientes le rechinaron con un
desagradable chasquido. Sin poder evitarlo, cogió
el tronco y lo arrojó contra la chimenea encendida,
donde golpeó brutalmente los troncos en llamas y
despertó un huracán de chispas incandescentes. Joe
aulló. El tronco rebotó y volvió a caer al suelo,
donde rodó un par de veces. El fuego remitió
brevemente y luego recuperó otra vez su antigua
potencia, lamiendo la madera con avidez.
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