Page 86 - Vienen cuando hace frio - Carlos Sisi
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Miró alrededor y buscó, incluso debajo del sofá y el
pequeño armario donde guardaba el hacha, la pala,
las botas de agua y otras herramientas. Pero
después de pasar un rato buscando, resolvió que no
había ningún acceso en toda la casa, ninguna parte
móvil en el suelo. Era tan sólido como se podía
esperar.
¿Quizá estaba fuera? ¿Habría una trampilla en
alguna parte? Imaginaba que algo así, alguna suerte
de acceso que hubiera estado cubierto por la tierra
y la maleza cuando él llegó, podía haberlo pasado
por alto. Ahora era ya imposible buscarla, con la
ventisca aullando en el exterior. Aparte de la capa
de nieve, la temperatura debía de estar bastantes
grados bajo cero.
Se dejó caer en el sofá sin poder apartar la mirada
del hueco en el suelo. La cabeza le daba vueltas
mientras imaginaba algún tipo de tesoro oculto; los
hallazgos del viejo abuelo Cerón Harper,
cuidadosamente amontonados en algún vetusto
arcón que hubiera estado esos cien años
acumulando polvo. Oro. Oro en pequeñas
formaciones irregulares caprichosamente
moldeadas por la naturaleza. Al fin y al cabo, el
viejo Cerón Harper había acudido a la zona en
plena Fiebre, como casi todo el mundo en aquella
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