Page 123 - Enemigo Mío - Barry B. Longyear
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cobraban fuerza y rompían en las rocas. Miré al drac.
—¿En qué piensas?
Zammis bajó los ojos y luego se volvió hacia mí.
—Tío, no había pensado en esto antes, pero… echaré de
menos este lugar.
Reí.
—¡Absurdo! ¿Éste lugar? —Di una palmadita en el
hombro del drac—. ¿Por qué ibas a echar de menos este
lugar?
Zammis volvió a mirar el mar.
—Aquí he aprendido muchas cosas. Aquí me has
enseñado muchas cosas, tío. Mi vida ha transcurrido aquí.
—Solo es el principio, Zammis. Tienes toda una vida por
delante. —Señalé la tumba con la cabeza—. Di adiós.
Zammis se volvió hacia la tumba y quedó inmóvil,
después puso una rodilla en el suelo y empezó a quitar rocas.
Al cabo de unos segundos, había dejado al descubierto la
mano de tres dedos de un esqueleto. Zammis bajó la cabeza
y lloró.
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