Page 127 - Enemigo Mío - Barry B. Longyear
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llegar allí, ni cuánto tiempo estará en tierra la nave.
Izquierda, derecha, izquierda, derecha… Excepto por
algunos descansos breves, no nos detuvimos… ni siquiera
cuando llegó la noche. Nuestro esfuerzo nos protegió del
frío. El horizonte nunca daba la impresión de acercarse.
Debieron de haber pasado días, con mi mente tan aterida
como mis pies, cuando atravesé la maleza púrpura y caí en
un agujero. Inmediatamente todo se hizo oscuro y sentí.
dolor en la pierna derecha. Noté el desmayo inminente,
y di la bienvenida a su calidez, su descanso, su paz.
—¿Tío? ¿Tío? ¡Despierta! ¡Por favor, despierta!
Noté que me abofeteaban, aunque la sensación parecía
estar muy lejos de mí. La agonía retumbó en mi cerebro,
haciendo que me despertara por completo. Sería muy raro
que no me hubiese roto la pierna. Miré hacia arriba y vi los
bordes del agujero cubierto de maleza. Tenía el trasero en un
charco de agua. Zammis estaba en cuclillas a mi lado.
—¿Qué ha sucedido?
Zammis señaló la parte superior con la mano.
—Éste agujero sólo estaba cubierto con una delgada capa
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