Page 124 - Enemigo Mío - Barry B. Longyear
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—Lo siento, tío, pero tenía que hacerlo. Esto no era más
que un montón de rocas para mí. Ahora es algo más.
Zammis volvió a poner las rocas en su sitio y se levantó.
Incliné la cabeza hacia el bosquecillo.
—Ve tú delante. Te alcanzaré enseguida.
—Sí, tío.
Zammis avanzó hacia los árboles desnudos, y yo miré la
tumba.
—¿Qué te parece Zammis, Jerry? Es más alto que tú.
Supongo que al chico le va bien la serpiente.
Me agaché, cogí una piedra y la añadí al montón.
—Supongo que ésta es la cuestión. O llegamos a Draco,
o morirnos en el intento. —Me levanté y miré hacia el mar—
. Sí, creo que he aprendido algunas cosas aquí. Lo echaré de
menos, en cierto sentido.
Miré la tumba otra vez y recogí mi mochila.
—Ehdevva sahn, Jeriba Shigan. Adiós, Jerry.
Di media vuelta y seguí a Zammis hacia el bosque. Los
días que siguieron estuvieron llenos de maravillas para
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