Page 13 - Enemigo Mío - Barry B. Longyear
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—Cálmate, Jerry. Solo voy a echar un vistazo.
Di media vuelta y caminé trabajosamente entre las rocas.
Anduve colina arriba algunos minutos hasta llegar a un
terreno plano. Era una isla, sí, y no muy grande. A simple
vista, la altura respecto al nivel del mar era sólo de ochenta
metros, en tanto que la isla en sí tenía dos kilómetros de
longitud y menos de la mitad de anchura. El viento, que
fustigaba mi mono de vuelo contra mi cuerpo, estaba
secándolo por fin, pero al reparar en lo lisas que eran las
piedras, en lo alto de la pendiente, comprendí que Jerry y yo
podíamos esperar olas aún mayores que las que habíamos
visto por ahora.
Una roca resonó a mi espalda y me volví para ver a Jerry
ascendiendo la ladera. Al llegar a la cima, el dracón miró a
su alrededor. Me agaché junto a uno de los peñascos y pasé
una mano por encima para indicar su tersura, luego señalé el
mar. Jerry asintió.
—Ae, gavey. —Señaló colina abajo, hacia la cápsula,
después al lugar donde se encontraba—. Echey masu,
nasesay.
Arrugué la frente, después señalé la cápsula.
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