Page 18 - Enemigo Mío - Barry B. Longyear
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—Gavey.



               Me  levanté  y  fui  hasta  el  pasillo  que  habíamos

        construido. Al no tener madera para hacer una puerta allí


        donde se encontraban las paredes, habíamos doblado una de

        ellas y la habíamos extendido tres metros cerca de la otra

        pared  con  la  abertura  en  contra  de  los  vientos

        predominantes.                    Los         vientos             incesantes              seguían


        molestándonos, pero la lluvia había cesado. La choza no era

        gran cosa, pero  contemplarla  allí,  en  el centro  de  una isla

        desierta, hizo que me sintiera bien. Tal y como había dicho

        Slaszun: «Vida inteligente enfrentándose al universo». O, al


        menos, ése es el sentido que extraje del inglés chapucero de

        Jerry.  Me  encogí  de  hombros,  cogí  una  afilada  astilla  de

        piedra e hice otra marca en la gran roca.



               vertical que me servía de registro. Había diez señales y

        bajo la séptima una pequeña «x» para indicar la gran ola que


        casi cubrió la parte más elevada de la isla.



               Tiré a un lado la astilla.



               —¡Maldita sea, odio este lugar!



               —¿Ess? —La cabeza de Jerry se asomó por la abertura—

        . ¿Con quién hablar, Davidge?





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