Page 137 - Enemigo Mío - Barry B. Longyear
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Negué con la cabeza.



               —No,  gracias.  —Levanté  una  mano—.  Sólo  estaba

        mirando las estrellas.



               —Bonita noche, ¿no es cierto?



               —Por supuesto.



               —¿Seguro que no necesita ayuda?



               Volví a negar con la cabeza.



               —Gracias…  Espere.  ¿Dónde  está  el  espacio‐puerto


        comercial más cercano?



               —A una hora de viaje, en Salina.



               —Gracias.



               Vi que una mano se agitaba en la ventanilla, y el otro

        coche  arrancó.  Eché  otra  mirada  a  Eltanin,  luego  volví  a

        entrar en el coche.



               Seis  meses  después,  me  encontré  delante  de  una  vieja

        puerta de piedra tallada, preguntándome qué diablos estaba


        haciendo  allí.  El  viaje  a  Draco,  con  sólo  dracs  como

        compañeros en la última etapa, me demostró la verdad de

        las palabras de Namvaac: La paz es únicamente la guerra sin



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