Page 349 - El Jugador - Iain M. Banks
P. 349

demasiado,  y  había  permitido  que  su  concentración  se

            relajara.  Lo  que  parecía  una  serie  de  movimientos


            inconexos  hechos  por  la  mayoría  de  sus  oponentes  se

            convirtió  repentinamente  en  un  ataque  masivo

            coordinado dirigido por el sacerdote. Gurgeh sucumbió


            al pánico y se dejó pisotear. Era hombre muerto.

                  El  sacerdote  fue  a  hablar  con  Gurgeh  en  cuanto  la

            partida  hubo  terminado.  Gurgeh  estaba  sentado  en  su


            taburete  elevado  y  contemplaba  el  desastre  del  tablero

            intentando  comprender  dónde  se  había  equivocado.  El

            ápice le preguntó si estaba dispuesto a admitir su derrota.

            Era el procedimiento convencional cuando algún jugador


            llevaba  tal  desventaja  de  piezas  y  territorio,  y  una

            honrosa  admisión  de  la  derrota  se  consideraba  mucho

            menos vergonzosa que una tozuda negativa a enfrentarse

            con la realidad que sólo serviría para que la partida se


            prolongara haciendo perder un tiempo precioso al resto

            de oponentes. Gurgeh contempló en silencio al sacerdote

            durante unos segundos y se volvió hacia Flere‐Imsaho,


            quien había obtenido permiso para estar presente en la

            sala cuando no se estuviera jugando. La máquina osciló

            de un lado a otro delante de él emitiendo un zumbido


            ensordecedor  que  casi  rivalizaba  con  el  chirriar  de  la

            estática que envolvía su disfraz.






                                                                                                         348
   344   345   346   347   348   349   350   351   352   353   354