Page 544 - El Jugador - Iain M. Banks
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‐‐Incluso la orquesta ‐‐dijo, y tosió. Movió la mano
señalando a los músicos‐‐. ¿Qué opina de sus
instrumentos, señor Gurgeh? ¿No le parece que tienen un
sonido muy dulce y melancólico?
‐‐Sí, es muy agradable.
Gurgeh tomó un sorbo de su bebida mientras veía
como los miembros del grupo de baile se iban
dispersando sobre el escenario.
‐‐E incluso en eso hay algo que se le escapa ‐‐dijo
Hamin‐‐. Debe comprender que una parte muy grande
del placer nace de conocer el precio que se debe pagar por
el privilegio de oír esta música. ¿Ve ese instrumento de
ocho cuerdas..., el de la derecha?
Gurgeh asintió.
‐‐Cada una de esas ocho cuerdas ha servido para
estrangular a un hombre ‐‐dijo Hamin‐‐. ¿Ve al macho del
fondo que está tocando esa flauta blanca?
‐‐¿La que tiene forma de hueso?
Hamin rió.
‐‐Es el fémur de una hembra extraído sin anestesia.
‐‐Por supuesto ‐‐dijo Gurgeh, y cogió unas cuantas
nueces de uno de los cuencos que había sobre la mesa‐‐.
¿Es costumbre usar dos, o hay muchas damas con una
sola pierna que se dedican a la crítica musical?
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