Page 610 - El Jugador - Iain M. Banks
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insignificante pandilla de alienígenas, pero Traff sabía
que dar tu palabra era algo sagrado. Si faltaba a su
palabra de honor nadie volvería a confiar en él.
Traff ya había dado con una solución. Resolvió el
problema listando por orden alfabético todas las palabras
contenidas en la biblioteca y los pixeles de cada
ilustración fueron clasificados por orden de color,
intensidad y matiz. Los microarchivos originales fueron
borrados y acogieron un volumen tras otro de «el», «es»
y «uno»; las ilustraciones quedaron convertidas en
campos de colores puros.
Hubo algunos disturbios, claro está, pero Traff ya
controlaba la situación y explicó a los irritados y ‐‐como
se descubrió con el tiempo, literalmente‐‐ suicidas
guardianes de la biblioteca y al Tribunal Supremo del
Imperio que había sido fiel a la palabra dada pues no
había destruido ni tomado como botín una sola palabra,
imagen o archivo.
A mediados de la partida en el Tablero del Origen
Gurgeh se dio cuenta de algo que le sorprendió mucho:
Yomonul y Traff no se habían aliado para aniquilarle,
sino que estaban luchando ferozmente el uno contra el
otro. Jugaban como si estuvieran convencidos de que
Gurgeh ganaría la partida hicieran lo que hiciesen, y se
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