Page 699 - El Jugador - Iain M. Banks
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Gurgeh no dijo nada. Los guardias escoltaban a
grupos de personas procedentes de varias partes del
castillo. Fuera, el viento aullaba detrás de las puertas y las
ventanas cerradas.
Gurgeh no había querido desayunar. La nave había
hablado con él aquella mañana para felicitarle. Por fin lo
había comprendido. De hecho, creía que Nicosar aún
tenía una escapatoria, pero sólo obtendría el empate y le
aseguró que ningún cerebro humano era capaz de llevar
a cabo la complicadísima serie de movimientos que
exigiría. La nave también le dijo que todos sus sistemas
ya estaban en situación de alerta y que acudiría a la
velocidad máxima en cuanto viera que ocurría algo raro.
La Factor limitativo estaba observándolo todo a través de
los sentidos de Flere‐Imsaho.
Entraron en el salón de proa del castillo. Nicosar ya
estaba junto al Tablero del Cambio. El ápice vestía el
uniforme de comandante en jefe de la Guardia Imperial,
un conjunto de prendas severo y sutilmente amenazador
con espada ceremonial incluida. Gurgeh pensó que debía
estar bastante ridículo con su vieja chaqueta. El salón se
encontraba atestado. Los últimos grupos de personas
escoltados por los guardias que parecían estar por todas
partes seguían sentándose en los grádenos. Nicosar
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