Page 700 - El Jugador - Iain M. Banks
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ignoró a Gurgeh. El ápice estaba hablando con un oficial

            de la Guardia.


                  ‐‐¡Hamin! ‐‐exclamó Gurgeh.

                  Fue hacia el viejo ápice. Hamin estaba sentado en la

            primera fila de asientos. Su minúsculo cuerpo retorcido


            casi  resultaba  invisible  entre  la  corpulencia  de  los  dos

            guardias  que  le  flanqueaban.  Su  rostro  era  un  reseco

            pergamino amarillento. Uno de los guardias extendió la


            mano indicándole que no debía acercarse más. Gurgeh se

            detuvo delante del asiento y se acuclilló para contemplar

            los rasgos arrugados del viejo rector.

                  ‐‐Hamin... ¿Puedes oírme?


                  Volvió a tener la absurda idea de que el ápice ya estaba

            muerto,  pero  un  instante  después  vio  moverse  sus

            párpados. Hamin abrió un ojo y reveló un globo entre rojo

            y amarillento casi invisible bajo las secreciones cristalinas


            que  lo  cubrían.  La  marchita  cabeza  se  movió  unos

            centímetros.

                  ‐‐Gurgeh...


                  El ojo se cerró y la cabeza se fue inclinando lentamente

            hasta tocar el pecho. Gurgeh sintió que una mano tiraba

            de su manga y se dejó conducir hasta el asiento que le


            esperaba junto al tablero.

                  Los  ventanales  del  salón  estaban  cerrados  y  los






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