Page 86 - El Jugador - Iain M. Banks
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teñida de ferocidad‐‐, y sugirió una partida de Posesión.
Las reglas de ese juego compartían un cierto número de
conceptos con las del Acabado, y la partida le serviría
como ejercicio de precalentamiento.
Encontraron un tablero de Posesión en uno de los
bares, fueron con él a la zona de recreo del techo y se
sentaron detrás de una pantalla protectora para que el
viento no se llevara las cartas. Gurgeh supuso que
tendrían tiempo más que suficiente para la partida. El
tren tardaría la mayor parte del día en llegar a Tronze,
aunque un vehículo subterráneo podía recorrer ese
trayecto en diez minutos.
El tren salió del puente y entró en una angosta cañada.
El viento rebotó en las paredes de roca creando un
extraño alarido repleto de ecos. Gurgeh bajó la vista hacia
el tablero. Estaba jugando sin la ayuda de ninguna
sustancia producida por sus glándulas, y su oponente
usaba una mezcla de considerable potencia sugerida por
el mismo Gurgeh. Aparte de eso Gurgeh le había dado
una ventaja inicial de siete piezas, el máximo admitido. El
señor Dreltram no era mal jugador, y al principio había
sabido aprovechar aquella etapa inicial de la partida en
que su ventaja numérica de piezas tenía un efecto más
palpable, estando muy cerca de derrotar a Gurgeh, pero
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