Page 84 - El Jugador - Iain M. Banks
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se apoyó en la barandilla y vio el verdor de los pastos y
las relucientes ondulaciones del río que se deslizaba por
el suelo del valle medio kilómetro más abajo. Las sombras
de las montañas acariciaban los campos; las sombras de
las nubes puntuaban las colinas cubiertas de árboles. El
viento creado por el movimiento del tren le agitó los
cabellos mientras aspiraba el aire que olía a montañas y
esperaba el regreso de su contrincante. Los pájaros
trazaban círculos distantes por encima del valle
moviéndose casi a ras del puente. Sus gritos hacían vibrar
la atmósfera, y apenas si podían oírse por encima del
vendaval que acompañaba el veloz desplazamiento del
tren.
Normalmente Gurgeh habría esperado a que faltara
poco para la hora acordada y habría ido a Tronze por un
tubo subterráneo, pero despertó con ganas de marcharse
de Ikroh lo más pronto posible. Se calzó las botas, se puso
unos pantalones de un estilo bastante conservador y una
chaqueta abierta, fue siguiendo los senderos montañosos
hasta llegar a la cima y bajó por la pendiente del otro lado.
Estuvo un rato sentado junto a la vieja línea del
ferrocarril disfrutando de una leve euforia glandular y se
distrajo arrojando trocitos de magnetita hacia el campo
magnético de la línea y viéndolos salir despedidos hacia
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