Page 108 - La Nave - Tomas Salvador
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Nada creaba originalmente; pero todo aquello que
le era entregado lo conservaba, reponiendo su
desgaste mediante el aprovechamiento de sus
moléculas y elementos descompuestos, vueltos a su
primitiva esencia en una cadena sin fin: el
«Transitador» repartía y recogía la energía; los
cerebros electrónicos calculaban; «La Carne»
suministraba las proteínas; los jardines
hidropónicos, las algas, la glucosa, la fécula, la
clorofila; las factorías químicas, los aminoácidos, los
fertilizantes, el hidrógeno líquido... Y así, en cadena
sin fin, de la cual nosotros somos una palpable
demostración, los distintos elementos se
combinaban. Y el hombre mismo, eslabón de enlace,
servía y era servido por los singulares mecanismos.
En estas condiciones, la Nave fue lanzada al
espacio el día 19 de setiembre de 2317, como he
dicho repetidas veces. Todas las garantías estaban
tomadas y el éxito estaba asegurado. Sin embargo,
hubo un tremendo y trascendental fracaso, del cual
nosotros somos igualmente una demostración.
¿Hubo un fracaso realmente? En todo caso, ¿cuál
era el destino de la Nave?
Ninguno de los cronistas, historiadores, Hombres
de Letras me lo ha podido decir. No eran
estrictamente hombres de ciencia, aunque tuvieran
los conocimientos generales de su época y sólo
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