Page 111 - La Nave - Tomas Salvador
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oblicua, en vez de aparecer «detrás» de la otra, está
a un lado y mucho más cerca. Esto ocasiona saltos
bruscos, ganancias o pérdidas de años‐luz en un
solo segundo. Según el cronista citado, la Nave
debió atravesar «una oblicua» y dentro de ella
perdió el pasillo. Dicha teoría, de ser cierta, como
asegura el interesado, portavoz de su Nueva
Generación, significaría perdida la Nave solamente
por el tiempo necesario para que se calculara la
nueva situación del pasillo. Ello equivaldría a la
posibilidad de rehacer la ruta, tras la pérdida de
algún tiempo a la velocidad inerte de la Nave. Sin
embargo, dado que la Nueva Generación no supo
enderezar lo torcido, es evidente el nuevo fracaso.
El cronista de la cuarta generación, que debió leer el
Libro, dice respecto a esta teoría que bien pudiera
ser cierta; pero que las esperanzas de rehacer el
camino eran bien pocas. Por lo visto, las estrellas no
se están quietas; se desplazan a una velocidad radial
superior a la velocidad de la misma Nave. En dicha
tesitura, la Nave se convertía en un ratón
persiguiendo al gato, cada vez más distanciado, con
la única posibilidad de que la estrella o grupo de
estrellas, en su viaje elíptico, «alcanzara ella a la
Nave». Pero tal suposición implicaba un número
pavoroso de años.
Compruebo que no he dicho el destino de la Nave.
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