Page 345 - La Nave - Tomas Salvador
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maldito que creías. Están naciendo ahora y su
vigor
les viene de una rara virtud: haber sobrevivido.
Y debes entenderme: su esfuerzo es necesario.
La Nave es muy pequeña para dos enemigos;
borremos las fronteras, quememos el pasado
y empecemos ahora la nueva coyuntura, y...
Así estaba diciendo cuando Aro le detuvo.
—Basta, Shim; no era querido, ha muerto y hartos
problemas dejó. Háblanos claro a los vivos.
¿Quién eres para hablar en nombre de los albinos?
—Soy Navarca y ante Faro he rendido mi
embajada.
—Faro ha muerto. Ya lo has visto y le has
hablado.
¿Esperas que te responda, Navarca de los albinos?
—Responde sin arrogancias, Aro; respóndeme
como amigo.
¿Quién será nuevo Señor de los kros y sus
dominios?
—Vayamos fuera de aquí. Son delicadas razones.
Perdona, Shim, el recelo; la causa es tan evidente
como increíble tu anuncio. Navarca, ¿qué
significa?
Dijo, y pidió paso franco a los callados testigos;
callada, sí, y apagada muchedumbre sin pasión,
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