Page 341 - La Nave - Tomas Salvador
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6. LA EMBAJADA



               Do va la embajada, diez hombres y su capitán.



            Ya cruzan los campos oscuros y suben las rampas


            de acero y tiemblan las luces de los portadores


            —mintiendo el que diga que es por temblar ellos—


            ;


            quizá no comprendan lo que intenta el Navarca


            y el miedo de diez siglos les suba a la garganta,


            mas tienen el orgullo de estar siendo testigos


            de un hecho singular. Caminan en silencio, pero


            pisando fuerte y hondamente pensando. Atrás



            quedó


            el reducto de Kalr y sus guerreros, las cámaras


            oscuras, las fronteras creadas y el ruido sin nombre


            de la Nave. Es penosa la marcha por tantos


            escalones


            algunos destruidos por manos defensoras. Shim


            no puede asirse a los metales y su pecho es más



            débil, pero sonríe y marcha delante del cortejo.


               Kalr el guerrero detiene al Navarca y le dice:



               —No entiendo lo que pasa. Hace ya tiempo que


            estamos



            en campo enemigo. No vemos a sus hombres y


            tienen


            sus luces sin guarda. ¿Será el cebo de la trampa?



               Dijo, y se detuvo, esperando el consejo de Shim:

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