Page 65 - La Nave - Tomas Salvador
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instantes,  somos  como  objetos  sin  médula,  sin


            sustancia,  sin  cariño  hacía  nada.  No  tenemos


            siquiera la fuerza emotiva de los hombres que eran


            capaces de amar las abstracciones de los símbolos:


            El río, El lago, La montaña, La fuente y El ángel. Si eran



            sueños, J qué hermoso soñar!


               La próxima vez, sin falta, leeré el Libro tratando


            de  comprender.  Y  dime,  ¡oh,  Nave!,  si  tú  me



            consideras  dentro  de  tu  Ley  haciéndolo,  no  de


            nuestra Ley, sino de la tuya...







                                                  G‐XXIII: 111



               Cifro y testimonio, yo, Shim, Hombre de Letras. Se


            ha  producido  una  enfermedad  entre  nosotros,


            debido a que las plantas últimamente arrancadas de


            los         jardines             hidropónicos                   no         estaban             en



            condiciones.  Mei‐Lum‐Faro  ha  ordenado  que  se


            busque  y  se  castigue  a  los  responsables.  La  voz


            pública señala a los wit, ya que el jardín de estas


            solanáceas está cerca de su territorio. Se habla de la


            necesidad de hacer un escarmiento. Los guardianes


            son los que más gritan y piden que se les autorice a


            escarmentarlos.



               El polvillo sideral ha desaparecido. Seguramente


            lo  hemos  atravesado  ya.  Pero  algunos  niños,  que


            todavía no padecen el vértigo de las terrazas, dicen



            que pegando la frente a los bloques cristalinos de la

                                                                                                            65
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