Page 65 - La Nave - Tomas Salvador
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instantes, somos como objetos sin médula, sin
sustancia, sin cariño hacía nada. No tenemos
siquiera la fuerza emotiva de los hombres que eran
capaces de amar las abstracciones de los símbolos:
El río, El lago, La montaña, La fuente y El ángel. Si eran
sueños, J qué hermoso soñar!
La próxima vez, sin falta, leeré el Libro tratando
de comprender. Y dime, ¡oh, Nave!, si tú me
consideras dentro de tu Ley haciéndolo, no de
nuestra Ley, sino de la tuya...
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Cifro y testimonio, yo, Shim, Hombre de Letras. Se
ha producido una enfermedad entre nosotros,
debido a que las plantas últimamente arrancadas de
los jardines hidropónicos no estaban en
condiciones. Mei‐Lum‐Faro ha ordenado que se
busque y se castigue a los responsables. La voz
pública señala a los wit, ya que el jardín de estas
solanáceas está cerca de su territorio. Se habla de la
necesidad de hacer un escarmiento. Los guardianes
son los que más gritan y piden que se les autorice a
escarmentarlos.
El polvillo sideral ha desaparecido. Seguramente
lo hemos atravesado ya. Pero algunos niños, que
todavía no padecen el vértigo de las terrazas, dicen
que pegando la frente a los bloques cristalinos de la
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