Page 70 - La Nave - Tomas Salvador
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Olfateo             un          peligro.            Presiento               que           este


            razonamiento puede llevarme a un abismo; pero no


            puedo evitarlo. No puedo evitarlo, porque tengo el


            Libro  delante  de  mí.  El  Libro,  sin  duda,  debe


            explicarlo  todo;  debe  explicar  por  qué  existe  una



            diferencia entre kros y wit. Cierto, es posible que la


            selección  de  los  mejores  nos  haya  colocado  a


            nosotros  en  los  mejores  puestos  y  relegado  a  los


            albinos a las oscuras cavernas del interior. Pero, ¿en


            qué  punto  se  inició  la  selección?  De  ser  cierta  la


            tradición  de  que  la  Nave  partió  de  un  lugar


            ignorado,  cabe  suponer  que  existían  ya  nuestras


            diferencias de raza, si bien no acabo de comprender


            el porqué de una necesidad tan absoluta.



               Es mejor que deje este razonamiento. No es que



            renuncie  a  él  —comprendo  que  puede  tener


            importancia—, sino que es mejor meditar a solas y


            luego anotar lo que saque en claro, si es que saco


            algo. Dejo, sin embargo, la constancia de un hecho


            ya sabido: el que los wit tienen costumbres fuera de


            nuestra  ley,  y  de  otro  desconocido:  que  estas


            costumbres pueden tener un instante de nobleza.



               Y  volviendo  a  mi  abstracción,  a  mi  curiosidad,


            repito en este instante que he vuelto a recorrer la


            Nave, buscando las huellas del pasado, buscando al



            Tiempo  y  buscando  libros  para  leer.  No  he


            encontrado  nada.  Nada,  por  lo  menos,  material.




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