Page 165 - Triton - Samuel R. Delany
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cantidad de gente que lucha contra ese momento de
libertad, incluso bajo el impulso de la droga, durante
todo el minuto y cuarenta y nueve segundos que tarda
en desarrollarse la obra! Tú no luchaste: tú te dejaste
llevar por ella. Me gustó eso. A todos nos gustó..., y
luego, por supuesto, había el hecho de que tu
personalidad tenía algo atractivo, pese a su lado más bien
brusco. La mayor parte de la gente, a menos que siga
seriamente el teatro, ni siquiera recuerda mi nombre..., ni
siquiera me molesto en decírselo a la mayoría; ni siquiera
cuando me lo preguntan..., puedes imaginar lo que me
sorprendió cuando Miriamne te trajo de vuelta con ella.
Alcanzaron una vía pública más ancha; los carriles se
curvaban en el lado más alejado, dos resplandores rojos
señalaban los carriles allá donde se acercaban a una
señalización.
—¿Estás realmente a cargo de toda la compañía? —
preguntó él—. ¿Lo escribes, produces, actúas, diriges...
todo?
—Incluso se sabe que coso el vestuario...
—Oh. —La turbación le hizo pensar en todas las
demás turbaciones del día. La más accesible era—:
¿Sabes?, durante todo el camino hasta aquí tuve la loca
idea de que tú y Miriamne manteníais una relación.
Sexual, quiero decir.
—¿Por qué?
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