Page 53 - Triton - Samuel R. Delany
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cualquier caso, es completamente real. Siempre he
deseado ver una de sus producciones. Creo que te
envidio... Bien, ya está todo montado. ¿Quieres sacar las
cartas del cajón lateral, por favor?
Bron buscó en el lado de la caja de vlet, tiró de un
largo y estrecho cajón. Tomó el cubilete de cuero
repujado; los cinco dados cliquetearon huecamente. Tres
de ellos eran negros con puntos blancos, uno
transparente con puntos diamantinos, y el quinto no era
cúbico, sino icosaédrico y escarlata, con siete caras vacías
(aunque normalmente benignas en el juego, podían
resultar ocasionalmente desastrosas, si aparecían en un
mal momento); las otras mostraban trece constelaciones
alienígenas, estampadas en negro y oro.
Bron depositó el cubilete y tomó el grueso mazo.
Abrió la tela de seda azul que lo envolvía. A lo largo de
la tela había bordado, con hilo de oro:
Era el módulo, más bien complicado, a partir del cual
se calculaba el aún más complicado sistema de
puntuación (Lawrence todavía no se lo había enseñado;
sabía solamente que 6 era una medida de los ángulos
estratégicos de ataque [sobre diferentes tipos de terreno
N, M y A], y que los pequeños valían más puntos que los
grandes). Mientras echaba hacia atrás la esquina azul,
dos cartas se deslizaron sobre la mesa. Las recogió ‐El
Mago de las Rocas y la Emperatriz Niña‐ y las metió de
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