Page 49 - Triton - Samuel R. Delany
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decimoséptima, le llegó otro en el que no había pensado

           desde hacía años: el Instructor, en la última reunión de


           los  Pobres  Hijos  a  la  que  había  asistido,  había

           permanecido  de  pie  junto  a  su  banco,  corrigiendo  su

           pronunciación de esas dos sílabas una y otra y otra y otra


           vez, y diciendo finalmente:

                —Sigues  sin  pronunciarlas  correctamente  —y


           pasando al siguiente novicio. La clase había recitado el

           murmullo varias veces más, al unísono: él había podido

           oír que sus propias vocales, en esas sílabas, la tres y la


           nueve, estaban efectivamente fuera de tono. Finalmente

           se había mirado las rodillas, murmurando confusamente

           toda la retahíla; y no había asistido a la próxima sesión.


           La  verdad,  que  turbaba  su  actual  placer ‐la  nueva

           sensación (el rostro de la Púa parpadeó por un momento,

           en su memoria, riendo) formaba parte de algún modo de


           la primera negativa que había intentado reprimir en la

           pequeña plaza (el ¡No...! que no había gritado)‐, era que,


           sin tener nada que ver con la decimotercera sílaba, o la

           decimoséptima,  o  la  tercera,  o  la  novena,  en  realidad

           nunca había llegado a conocer el mantra.


                Todo lo que tenía (una vez más las sílabas empezaron

           a entrelazarse) era algo con lo cual podría, como había


           hecho en muchas ocasiones en su vida, desenvolverse.

                La comprensión (no era la droga; así era simplemente

           como  eran  las  cosas)  hizo  estremecer  su  visión  con




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