Page 1033 - Anatema - Neal Stephenson
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—¿Habéis disfrutado de vuestros libros? —preguntó sur
Moyra, que a continuación tomó una sartén y se puso a
echar restos vegetales al abono.
Karvall jadeó, porque Moyra había entrado sin hacer
ruido y nos había pillado por sorpresa, dejó caer la cazuela
que fregaba, se apartó del fregadero y corrió a quitarle la
sartén de las frágiles manos a su decán. Arsibalt y yo nos
giramos casi igual de rápido para mirar. Puede que
Karvall estuviese enfundada en una tonelada de paño
negro, pero, como nos habíamos ido dando cuenta, las
ataduras que lo mantenían alrededor de su cuerpo eran
muy complejas y merecían una inspección más atenta.
Incluso Barb miró. Emman Beldo acompañaba a Ignetha
Foral de vuelta a su alojamiento. El servitor de Zhʹvaern,
Orhan, era un hombre o mujer muy difícil de entender,
con eso de que iba con la cabeza totalmente cubierta, pero
los pliegues de la capucha me indicaron que seguía con la
vista los movimientos de Karvall. Tris aprovechó la
situación para robar el mejor cepillo para limpiar.
—¿Fuiste la responsable de los libros? —pregunté.
—Hice que Karvall los llevase a tu habitáculo —dijo
Moyra, y me sonrió.
—Así que de ahí salieron —dijo Tris, y luego se explicó—
: Esta mañana he encontrado en mi celda una pila de
libros. —Por la forma en que los otros servitores miraban
a Moyra, supuse que habían tenido experiencias similares.
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