Page 1028 - Anatema - Neal Stephenson
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—Hum, no sé qué me molesta más —dije—. Si el tono de
Lodoghir o que se haya dado cuenta antes que yo.
Unas horas antes me había quedado conmocionado
cuando Lodoghir se me había acercado durante un
Periklyne y se había puesto a charlar conmigo sobre
nuestro encuentro en el Plenario. ¿Cómo podía
acercárseme sin armadura y sin ir acompañado de un
grupo de inquisidores con pistolas aturdidoras? ¿Cómo no
había previsto que yo dedicaría el resto de mi vida a
tramar mi violenta venganza? Lo que me había obligado a
comprender que realmente para él no era nada personal:
todos los trucos retóricos, las tergiversaciones salpicadas
de mentiras y las tretas para emocionar formaban parte de
su caja de herramientas tanto como las ecuaciones y los
silogismos formaban parte de la mía, y no se imaginaba
que yo pudiese ponerle alguna objeción, de la misma
forma que Jesry no hubiera dicho nada de señalarle yo un
error en su teorética.
Durante todo el tiempo había estado mirando a
Lodoghir, calculando la distancia entre mis nudillos y sus
dientes. Tuve la vaga impresión de que intentaba darme
algo así como órdenes sobre el Mensal de esa noche, pero
yo no había oído nada. Al cabo de un rato perdió el interés,
ya que yo no había dicho ni una palabra, y se fue.
—¡No sé cómo voy a salir de ésta, entre él y la Inquisición!
—dije.
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