Page 1074 - Anatema - Neal Stephenson
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lanzado la bomba fétida en medio de la mesa. Pero luego
lo estropeó todo devolviéndole la pregunta a Jad:
—¿Y vosotros? Edhar fue uno de los Intactos, ¿no es
cierto?
Todos volvieron a envararse. Clathrand había salido de
Edhar; Zhʹvaern planteaba por lo visto la teoría de que el
trabajo de Clathrand había sido la base de las actividades
de los Conjuradores; llamaba en aquel momento la
atención sobre el hecho de que el cenobio de Jad de alguna
forma había logrado evitar el Saqueo durante siete
décadas.
—¡Fascinante! —exclamó Emman—. ¿Podría empeorar
más?
—Me alegro de no estar ahí —dijo Tris.
—Arsibalt debe de estar agonizando —dije. Nos llamó la
atención un ruido al fondo de la cocina: Orhan, el servitor
de Zhʹvaern, había estado allí, en silencio. Era fácil olvidar
su presencia cuando no podías verle la cara.
—Acabas de llegar al Convox, fra Zhʹvaern —dijo sur
Asquin—, y por tanto te perdonamos no haber oído,
todavía, lo que durante las últimas semanas se ha
convertido en un secreto a voces: que los Tres Intactos son
depósitos de residuos nucleares y que, como tales,
probablemente disfrutaron de la protección del Poder
Secular.
Si Zhʹvaern no lo sabía, tampoco dio muestras de estar
sorprendido.
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