Page 408 - Anatema - Neal Stephenson
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—Es una decepción —le dije a Jesry durante la cena. De
alguna forma habíamos logrado evitar a Barb y nos
sentamos juntos en una esquina del Refectorio.
—¿Otra?
—Creía que si lograba ver algo situado en la órbita polar
todo acabaría. Se resolvería el misterio, podríamos cerrar
el caso. Pero no es así. En órbita polar hay varios satélites.
Probablemente ha sido así desde la Era Práxica. Los viejos
se estropean y caen. Los Panjandrumes lanzan otros
nuevos.
—No es nada nuevo —me dijo—. Si sales de noche, miras
al oeste y esperas el tiempo suficiente, los distingues a
simple vista pasando sobre el polo.
Mordisqueé un poco de comida mientras intentaba
reprimir las ganas de darle un puñetazo en la nariz. Pero
así se hacían las cosas en teorética. No eran los loritas los
únicos que decían «no es nada nuevo». La gente
reinventaba continuamente la rueda. No tenía nada de
vergonzoso. Si los demás hubiésemos dicho
entusiasmados para que el otro se sintiera bien:
«Estupendo, la rueda. Eso no se le había ocurrido a nadie»,
nunca habríamos logrado avanzar. Pero aun así dolía
arriesgar tanto y trabajar tanto simplemente para que
dijesen que el resultado no era nada nuevo.
—No digo que sea un resultado novedoso —le dije, con
mucha paciencia—. Sólo te hago saber lo que sucedió la
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