Page 421 - Anatema - Neal Stephenson
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—No lo haría de veras… y luego se quejaría de que le


          hice daño en la mano.

            —¿Qué vas a contar si te presentas en la cena con la cara

          hinchada?


            —Que me he enfrentado a unos malvados.

            —Prueba otra vez.

            —Que practicaba caídas y fallé.


            —¿Qué pasa si no quiero hacerme daño en la mano?

            Sonrió y sacó un par de gruesos guantes de trabajo de

          piel.


            —Ponte trapos en los nudillos si eso te preocupa —me

          sugirió mientras me los ponía.


            Las gransures Tamura e Ylma aparecieron en una batea.

          Fingimos arrancar hierbas hasta que hubieron pasado.

            —Vale —dijo Lio—, mi objetivo es derribarte…


            —¡Oh, y ahora me lo dices!

            —Nada que no hayamos hecho cien veces —dijo, como


          si  eso  pudiese  tranquilizarme—.  Por  eso  hemos  venido

          aquí.  —Pisoteó  la  tierra  húmeda  de  la  orilla—.  Terreno

          blando.


            —¿Porqué…?

            —Si levanto las manos para defenderme la cara, no podré

          lograr mi objetivo.


            —Comprendo.

            De pronto, me atacó y me derribó.

            —Pierdes —proclamó, levantándose.


            —Vale. —Suspiré y me puse en pie como pude.



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