Page 468 - Anatema - Neal Stephenson
P. 468
ella me entregó la flor para que corriese el riesgo de volver
a bajarla.
—¿Qué hacemos ahora? —dije en voz alta.
—¿Sobre…?
Habíamos abierto la trampilla. Había luz de sobra.
Estuve a punto de pronunciar «lo que acabamos de ver»
cuando comprobé la expresión de su cara… preparándose
para sufrir de nuevo. Creo que callé justo a tiempo.
—¿Quieres…? Creo que deberíamos… —dije, para luego
cerrar los ojos y decir—: Creo que deberíamos ser sinceros
con todos los demás.
—Por mí vale —dijo.
—Supongo que lo fijaré para mañana. Después de
Provenir.
—Se lo diré a Tulia —dijo, y algo en la pronunciación del
nombre me indicó que lo sabía todo; sabía que en su
momento había estado encaprichado de su mejor amiga—
. ¿A quién quieres por testigo?
Iba a decir que a Lio, pero Jesry se había portado tan mal
en aquel asunto que decidí que debía ser él.
—Y nuestro testigo libre puede ser Haligastreme o quien
esté disponible —dije.
—¿Qué tipo de connubio declaramos? —preguntó.
No era una pregunta difícil. Se suponía que los
connubios se anunciaban al formarse y al disolverse. Era
una forma de acotar los rumores y las intrigas, que en un
cenobio podían desmadrarse con facilidad. El concento de
468

