Page 171 - Las Estrellas Mi Destino - Alfred Bester
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puertas. A través de la sala aullaron una docena de
descargas de armas neumáticas, derribando a los pacientes
temporales en sus giros. Quatt fue aplastado contra una
pared, dejando caer a Foyle. Una hematoma apareció en su
sien.
—Escape de aquí —rugió Quatt—. Estoy acabado.
—¡Sam!
—Estoy acabado. No puedo jauntear. Vayase, muchacha!
Tratando de luchar contra la contusión que le impedia
jauntear, Quatt se irguió y abalanzó, chocando contra los
hombres uniformados que entraban en la sala. Jisbella
tomó el brazo de Foyle y lo arrastró a la parte trasera del
piso, a través de una despensa, un dispensario, una
lavandería, y bajando viejas escaleras que crujían y dejaban
escapar nubes de polvo de termitas.
Llegaron hasta una bodega que contenía alimentos. El zoo
de Baker se había escapado de sus celdas en el caos y sus
componentes se hallaban en la bodega como si fueran
abejas comiendo glotonamente la miel de una colmena
enemiga. Una muchacha cíclope estaba atiborrándose la
boca con puñados de manteca sacados de un barril. Su
único ojo situado sobre el puente de la nariz los contempló
con ira.
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