Page 122 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
P. 122
deseado. Dijo algo acerca del placer de vernos, pero su tono
no pareció incluir a J. J. Adams…
De manera que volví a prestar atención a Morbius y a la
segunda fase de nuestra misión. Lo llevé a un lado y le
pregunté si podría ver a Robby trabajando.
Como lo esperaba, la petición me fué denegada. Por un
momento, adoptó la actitud que observara el día anterior,
enojado y pedante a la vez.
—Completamente imposible —dijo. Pero luego me
dirigió una mirada calculadora y deliberadamente perdió
altura—. Temo que no sería factible, comandante —
expresó—. Ni yo mismo puedo permanecer en el taller de
Robby. —Se extendió en tecnicismos, acerca de
temperaturas y radiaciones y unas cuantas cosas de las que
jamás había oído hablar.
Le contesté que comprendía perfectamente y que lo
importante era obtener el plomo lo más rápidamente
posible. Pareció que todo quedaba bien arreglado. Si
pensaba algo de mí, no lo mostraba, por cierto.
IV
Fué una noche difícil. Todo salió bien, pero pasar por
ello fué otra cosa. Estuvimos más de cinco horas en la casa,
aunque me parecieron cinco días. Nos invitaron a cenar. Lo
cual vino de perilla para la tercera fase de mi campaña, pero
122

