Page 181 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
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deslizó sobre nuestras cabezas, ocupando su lugar.
—Nuestra velocidad será elevadísima, caballeros —les
previne—, pero apenas habrá sensación del movimiento. —
Con gran esfuerzo mantuve el tono de mi voz normal. Pero
di un vistazo a sus caras y noté en ellas lo que esperaba.
Hice funcionar el contacto de arranque. Se produjo ese
instante de impulsión, en que se siente uno arrojado de
espaldas contra el asiento, como si lo empujara una gran
mano invisible; luego, vino el alivio y el suave y arrullador
balanceo del viaje…
Ninguno de ellos habló, pero podía observarlos, a
Adams sobre todo, mirando continuamente a los costados
del túnel. No podían, por supuesto, ver más una sucesión
de luces borrosas. Pero yo sabía que estaban calculando,
consciente o inconscientemente; tiempo y distancia, tiempo
y velocidad, tiempo, velocidad y distancia…
Ajusté el dial del contralor para que paráramos en el
primer gran transversal. El arrullo de la marcha cambió,
haciéndose más profundo. El impulso comenzó a disminuir,
de forma que las luces ya no fueron una cadena borrosa,
sino unidades que se iban haciendo da vez más distintas,
separándose cada vez más. La suave superficie de la roca
emitía un brillo opaco en torno a ellas…
Salimos del túnel, las ruedas de la vagoneta apenas
moviéndose, y nos detuvimos junto al borde del primer
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