Page 185 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
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pasajeros, mientras decía:

                —Estamos aquí a tanta profundidad, caballeros, que el

         calor  y  las  variaciones  de  presión  pueden  causarles

         molestias.  Pero  no  deben  alarmarse,  pues  no  son  efectos


         duraderos.

                Hice  deslizar  la  capota  y  Adams  abrió  la  puerta  que

         tenía a su lado. Descendimos sobro la angosta plataforma.

         No había nada para ver allí; sólo el túnel interminable, con


         sus paredes reflejando la luz de las lámparas.

                —Nos hallamos ahora a unas cincuenta millas bajo la

         superficie  del  planeta  —dije,  y  oí  a  Ostrow  contener  la


         respiración  y  a  Adams  murmurar  algo  ininteligible.  Sus

         rostros  relucían  por  la  transpiración  y  la  respiración  era

         fuerte y rápida.


                Corté los rayos que aseguraban la cerradura y empujé

         la  puerta.  Entré  en  el  gabinete,  invitándolos  a  hacer  lo

         mismo.

                Miraron  con  sorpresa  la  bulbosa  excrecencia  ubicada


         sobre una de las paredes y la boca de la especie de embudo,

         que se alzaba del suelo para enfrentarla.

                —A más millas debajo de nosotros… —dijo señalando

         la roca bajo nuestros pies—, se encuentra la respuesta del


         Mayor Ostrow que nos trajo aquí: la fuente de energía. —

         Alcé  la  tapa  del  gran  espejo  y  lo  hice  girar  sobre  sus

         soportes, hasta que éstos calzaron—. Miren a ese espejo y a





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