Page 184 - El Planeta Prohibido - Stuart W J
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Los llevé de vuelta a la vagoneta. Nos ubicamos en ella

         como antes. Cerré la capota y les previne, diciéndoles:

                —Desde  aquí,  la  pendiente  es  mucho  más  abrupta.

         Pueden sentirse… incómodos.


                Sin  esperar  a  que  respondieran,  arranqué  y  llevé  la

         palanca de aceleración a la posición de máxima velocidad.

         Pasamos  el  transversal  como  un  rayo  y  entramos

         nuevamente en el tubo abierto en la roca, descendiendo a


         una velocidad que convertía el anterior arrollo de la marcha

         en  algo  casi  a  la  altura  de  un  chillido.  El  vehículo  no  se

         balanceaba agradablemente ahora, sino que nos sentíamos


         horriblemente  tiesos,  al  ser  nuestros  cuerpos  empujados,

         prácticamente pegados al respaldo del asiento…

                Nunca            había         osado          alcanzar            esta       velocidad,


         anteriormente.  Empecé  a  temer  que  nos  pasáramos  de

         nuestro objetivo, y fuí llevando la palanca más y más hacia

         atrás.

                Comenzamos  a  disminuir  la  velocidad.  El  chillido


         volvió a ser arrullo. La presión sobre mi cuerpo se alivié y

         sentí otra vez el suave balanceo.

                Paramos, apenas a una yarda, o cosa así, de mi lugar

         habitual.  Allí  estaba  el  gabinete,  excavado  en  la  pared


         rocosa, con su luz brillando a través de la puerta de tejido

         metálico.

                Respiré  hondo.  No  miré  a  ninguno  de  mis  dos





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